«existen palabras que no cesan de existirse

entre tu boca y mi vida,

palabras que al despuntar del dolor

o las explicaciones, delimitan

y no nacen,

se astillan nudo dentro,

se tumban, violan, sentencian,

asestan corneas y se comban

recrudecen el corazón del niño

hasta el tuétano amarillento de soñar

haciéndolo añicos,

palabras que se asombran bajo la dermis

de un cielo súbitamente horadado

por las hormigas sin útero

palabras como si la noche en huesos viva

gemiese de pánico su pecho petrificado

redoblando uno por uno en sus goznes

los muertos vertidos y más

iracundamente desangelados

que se hubieran sorteado explicar

No son palabras amor,

no son germen ni estambre,

rayada luz desflorada de nervios,

No son puntal contra tu cuerpo,

ni tu cuerpo mismo un labio sin puntal

No son ni el mio

sacrófago de lenguaje,

Ábreme de amor verbalmente,

no dejes que en este punto”

palabras

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